jueves, 23 de octubre de 2008

El fiel amigo del hombre

Desde su creación en 1968, por Doug Engelbart (para muchos, uno de los padres de la informática), ha supuesto una herramienta indispensable para los usuarios de los ordenadores, ya que permite conectar al hombre con la máquina.
Hablo del ratón, ese pequeño periférico que, conectado al ordenador, permite que nos movamos por la pantalla de este y accedemos a todos sus rincones.

A pesar de su tamaño no podemos menospreciar su utilidad y valor, ya que es como si introdujésemos nuestra mano dentro del ordenador y manejásemos las cosas a nuestro antojo. Y es que, aunque sus funciones pueden llegar a ser limitas, para muchos supone un gran reto navegar, o simplemente movernos, por un ordenador sin este animalito.

Como toda “especie” ha ido evolucionando, pasando de ser de madera con aspecto de adoquín, que cabía sin problemas en la palma de la mano, a ser de plástico con forma ergonómicas para que resulte más cómodo si tenemos que utilizarlo durante varias horas.


Podemos encontrar ratones mecánicos, mecánicos-ópticos, ópticos, inalámbricos, con una pequeña rueda entre los botones, con cuatro botones (uno para cada funcionar programable al antojo del usuario), etc. Pero lo más sorprendente es que, pese a los años, su funcionamiento no ha necesitado demasiadas modificaciones.
No obstante, considero que su momento cumbre será en cuando el ratón pueda manejarse con el movimiento de los ojos o con la voz, como ya se avecina.


>> Mr Potato os quiere dar pequeños CONSEJOS frente a los problemas más frecuentes en el uso del ratón:
1. En los dispositivos mecánicos es necesario sacar la bola de goma para poder limpiar los ejes. Un cepillo de dientes puede ser útil, por ejemplo.
2. Si se usa una alfombrilla también se asegura mayor limpieza y que, por lo tanto, no se encalle el ratón.
3. Usar ratones o alfombrillas ergonómicas para evitar dolores musculares (el brazo y la muñeca se resienten tras varias horas).

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